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Miguel Ángel Montero y Enrique Zamorano, dos de nuestros veteranos que fomentan valores deportivos.

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Miguel Ángel Montero y Enrique Zamorano son dos ex jugadores de la A.D. Alcorcón. El primero debutó con el primer equipo mediada la década de los 80 y, el segundo, hizo lo propio a comienzos de los 90. Ambos han conocido los sinsabores del fútbol y de la época complicada de nuestra institución, pero fue precisamente en ese tiempo cuando se empezó a cimentar la base de los valores alfareros: humildad, esfuerzo y familiaridad. De todo ello, y de su implicación como integrantes de nuestra Asociación de Veteranos, nos hablan en las siguientes líneas.

Miguel Ángel es un tipo jovial, dicharachero y de los que rebosa alegría por los cuatro costados, aunque reconoce que cuando era más joven la timidez le vencía. Llegó a la A.D. Alcorcón desde su Móstoles natal y no tuvo que esperar mucho para hacer su debut con el primer equipo de la A.D. Alcorcón, ya que en su primer año como juvenil (1986-87) le llegó la oportunidad de la mano del mítico Sevilla en el banquillo, a mitad de esa campaña, y ante el Daimiel. Jugó como interior izquierda, aunque donde mejor se desenvolvía era en la mediapunta e incluso como delantero.

Sin embargo, sus recuerdos más claros fueron con su debut en casa, al siguiente partido, y ante el Alcalá: “Salí en la segunda parte y recuerdo que el campo estaba lleno. Revolucioné un poco el encuentro e incluso tuve una buena ocasión que no se pudo materializar. Acabamos empate a dos y ese fue mi punto de inflexión como futbolista, porque el balón no entró (risas)”. Miguel Ángel continuó en nuestro club hasta la temporada 1988-1989 y, tras ello, continuó su carrera en diversos equipos madrileños, hasta que una osteopatía le obligó a abandonar la práctica del futbol con tan solo 23 años.

Enrique Zamorano llegó a nuestra entidad en edad de cadete, en 1992. Representó a Alcorcón con la escuela PDM en el campeonato de España, al que acudían los 8 mejores equipos de nuestro país, y logró incluso marcar un gol al Valencia. Continuó su andadura como alfarero en infantil, juvenil y primer equipo en Preferente y Tercera División con Víctor Parra. De ese ascenso a la categoría de bronce guarda uno de sus mejores recuerdos, con una espectacular celebración, en la temporada 97-98, “en la fuente de Mercadona”. Tras la AD Alcorcón, este “joven” veterano de nuestro club, continuó su andadura en equipos como el Úbeda, Sigüenza y Navalcarnero.

Son muchos los valores y aprendizajes de los que se inculcaron durante su estancia en nuestra entidad. Enrique se queda “con la humildad de este club. Esteban Márquez, que fue el presidente que tuve cuando llegué, siempre nos enseño a tener los pies en el suelo y saber de dónde hemos venido. Es muy importante lo que hace este club, pequeño y tan grande a la vez, de acercar y transmitir estos valores a los niños”.

Miguel Ángel reafirma cada palabra de su compañero y añade que “esa humildad nosotros la entrenábamos en un sembrado al lado del estadio, con Sevilla dándonos auténticos palizones. Es lo que me lo he llevado a tener valores grabados a fuego y hoy día lo aplicamos con los veteranos”.

Abordamos la cuestión de la comparativa del fútbol actual con el de antes, con el de hace unas décadas. Tras unos segundos de reflexión, Miguel Ángel señala que “antes había más pasión, se sentía más el fútbol. No entiendo que en la actualidad muchos chavales de cierto nivel tengan ya representante. Un chico debe jugar para divertirse, por pasión y no que haya otros intereses detrás. Por ello, me ha parecido muy interesante el Curso de Metodología de Entrenadores de la A.D. Alcorcón, en el que se contempla y fomentan esos valores positivos de todo lo que rodea el fútbol en esas edades”, recalca.

A Enrique hay temas que no le hacen mucha gracia, “como la mala actitud de algunos progenitores en entrenamientos y partidos, como hemos visto en muchas imágenes de televisión, y que es un mal ejemplo para los chicos. La educación y el respeto es lo más importante, por encima de todo lo demás. Por suerte, considero que en el Alcorcón esos valores se transmiten y se refuerzan a la perfección, ya desde el fútbol base”, apunta.

No cabe duda de que la evolución de la A.D. Alcorcón, sobre todo desde que es un club profesional, es enorme. Miguel Ángel manifiesta que “la profesionalización te exige y es necesaria para evolucionar y crecer” y para Enrique es muy importante tener en cuenta el trabajo de cantera, acompañado de los valores citados anteriormente, “así como la conexión con los comercios y ciudadanos de Alcorcón para seguir creciendo y tener el máximo apoyo social posible”, apostilla.

Cerradas sus etapas como futbolistas, ambos han seguido su vinculación con nuestra entidad a través de la Asociación de Veteranos de la A.D. Alcorcón, donde son miembros activos de la misma. Miguel Ángel, que echa una mano ayudando al mister, José Alvarado, nos cuenta que el grupo de veteranos alfarero “es una gran familia. Esta Asociación nace de la ilusión y la motivación por tener esas raíces del club que queremos transmitir a todos los campos de España a los que vamos. Los eventos sociales que organizamos, y que es lo que nos mueve, han ido creciendo poco a poco. Queremos seguir en esa línea de evolución y ser una parte más de la embajada de la A.D. Alcorcón”, señala.

Por su parte, Enrique incide en la misma línea argumental: “En este pequeño gran grupo todos vamos a una, en la misma dirección y aportando cada uno, en la medida de sus posibilidades, todo lo que puede. Creo que para conseguir ese impulso que queremos necesitamos de la participación de algún futbolista que haya jugado en la época de 2ªB y 2ª División, porque considero que sería un gran paso tanto a nivel deportivo como social”, concluye.